LOS LIBROS DEL COLE

Los que tuvimos de Párvulo a Octavo

El aroma de un libro nuevo lo aportan el papel, la tinta y la proporción en que ambos se combinan. Todavía conservamos fresco en la memoria ese olor, cuando siempre al principio de cada curso a mediados de aquellos septiembres nos recreábamos hojeando sus páginas; sólo nos falto darle un bocado, como tantas otras veces deseamos dárselo a las gomas de nata. Aunque no siempre fue así, había libros que pasaban de hermanos a hermanos, a primos, a amigos. “Los libros sólo tienen dos olores: el olor a nuevo, que es bueno, y el olor a libro usado, que es todavía mejor”. Y después de tanto tiempo aún seguimos aprendiendo de ellos; la última leccíon: jamás utilices un libro para elaborar un mural, con el tiempo te arrepientes. Al ver de nuevo estos libros despertamos un sinfín de anécdotas vividas con personajes, viñetas, dibujos, actividades, amigos, lugares... “De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”. Jorge Luis Borges.